lunes, 2 de mayo de 2016

Sencillas técnicas de posado para mejorar los retratos


7 SENCILLAS TÉCNICAS DE POSADO PARA CONSEGUIR MEJORES RETRATOS


Aquí os dejo 7 consejos para hacer que tus sujetos parezcan y se sientan como auténticos modelos.

1.- Presta atención al peinado.

Generalmente no pensamos en el pelo como una parte del cuerpo que podemos controlar, pero realmente ¡sí podemos controlar el pelo!.
Si estás haciendo fotos a una persona con el pelo largo, entonces un mal peinado va a ser lo primero en lo que alguien repare. Por otro lado, no hay reglas sobre cuál es el mejor peinado posible. Cada persona lucirá de manera diferente con un peinado determinado.
Asumiendo que vamos a realizar una sesión de retrato casual, sin sesión de maquillaje o sin un estilista que realice un peinado, hay seis posibles maneras básicas en las que colocar el pelo.
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1.- El pelo sobre los hombros.
2.- El pelo por detrás de los hombros.
3.- El pelo por delante de los hombros.
4.- El pelo a un lado.
5.- El pelo al otro lado.
6.- El pelo recogido.
Debemos de evitar a toda costa el aspecto nº1. El pelo sobre los hombros queda horrible. Parece salvaje y desarreglado. Es necesario hacer algo con él.
Todas las otras posiciones del pelo pueden servirnos dependiendo del modelo y del aspecto que estés tratando de reflejar. La razón por la que hemos incluido las posiciones 4 y 5 con el pelo a ambos, es para que tengamos en cuenta que el aspecto de la persona puede variar dependiendo de dónde coloquemos su pelo, a derecha o izquierda.
Si queremos centrarnos más específicamente en el rostro de la persona, un peinado recogido como el que se muestra en la posición 6 es una buena opción.

2.- Extiende la barbilla hacia delante.

Cuando alguien está de pie en una postura relajada, o incluso cuando trata de poner una bonita postura, muestra un poco de flacidez debajo de la barbilla. No importa cuan delgado sea, siempre se verá. Es por ello que decimos a la gente que adelante la barbilla un poco, para estirar esa parte del rostro. Si el modelo eleva demasiado la barbilla que hace que se vean hasta los agujeros de la nariz, entonces debemos de hacerle ver que debe de adelantar todo el rostro junto con la barbilla. En las siguientes fotos podemos ver más claramente el efecto de esta postura y cómo realizarla adecuadamente.
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Aquí podemos ver otro ejemplo en el que podemos ver la diferencia incluso con una persona de constitución atlética.
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3.- Levanta el brazo.

Cuando la gente está de pie de manera relajada, una de las cosas que suele hacer es descansar sus brazos pegados al cuerpo. Esto causa varios problemas en el retrato. Primero, hace que el modelo parezca incomodo y raro. Segundo, el brazo presiona contra el torso, lo que hace que se “aplaste” y parezca más grande de lo que realmente es.
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Podemos corregir este efecto haciendo que el modelo levante el brazo un par de centímetros para que ya no presione contra el cuerpo. Una buena manera de hacerlo es haciendo que el modelo pose su mano sobre la cadera para que no parezca una posición poco natural de tener el brazo levantado “flotando” en el aire.
En la imagen podemos ver marcado en rojo la anchura del brazo cuando éste está apoyado sobre el torso, y la misma línea cuando no lo está, comprobando así como se ve el brazo mucho más delgado.

4.- Gira al modelo y vigila el torso.

Todo el mundo quiere parecer delgado en las fotos. Una buena manera de conseguirlo es girando el cuerpo para ofrecer menos superficie frente a la cámara. Si colocamos los brazos con las manos apoyadas en las caderas estaremos siguiendo además el consejo anterior.
En esta postura debemos de prestar atención a dejar espacio entre el torso y el brazo posterior. Si no dejamos un espacio visual entre el cuerpo y el brazo, la mirada tiende a extenderse sin pausa desde el torso hasta el brazo haciendo que nuestro cerebro vea a la modelo más gorda que lo que realmente es. Si ponemos cierto espacio entre el torso y el brazo, colocamos una barrera visual entre ellos haciendo que la mirada se detenga ahí.
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De nuevo, la línea roja nos ayuda a ver el antes y el después.
Esta regla no se aplica solamente al brazo. Todo lo que pueda suponer una continuidad del torso tiene el mismo efecto. Así, deberemos de cuidar que el fondo presenta un diferente color que la ropa del modelo, que si fotografiamos un grupo de personas no presentan la misma ropa, o bien que haya separación entre ellas, etc.

5.- Gira los hombros.

Ya hemos mencionado brevemente este consejo en el punto anterior. Es muy simple pero muy efectivo. Si nuestro sujeto mira directamente a la cámara parecerá más grande.
Esto puede ser importante si queremos magnificar ese detalle, bien porque se trate de un deportista que necesita aparentar mayor tamaño, o bien un alto cargo que necesita manifestar cierta opulencia. En el resto de los casos, al girar los hombros, ofreceremos menos superficie a la cámara y pareceremos más delgados.
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De nuevo podemos apreciar mejor la diferencia fijándonos en la línea roja.

6.- No muestres el blanco de los ojos.

Cuando queremos reflejar en el retrato un ambiente pensativo o soñador en el sujeto, lo conseguimos haciendo que el sujeto no mire directamente hacia la cámara, si no que dirija su mirada hacia otro punto.
Sin embargo, no debemos de decir simplemente al sujeto que desvíe la mirada, debemos de proveerle de un punto hacia el que dirigirla para que de esta manera podamos controlar la posición de los ojos.
Si en una foto, en vez de ver el iris del ojo, vemos mayormente la parte blanca del mismo, la foto obtenida presentará un aspecto muy extraño. Cuida en todo momento la dirección de la mirada.
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7.- No dejes que la nariz sobresalga de la cara.

A menos que estés tomando una foto de un perfil, es importante que la nariz no sobresalga de la cara. Cuando fotografiamos con el sujeto mirándonos de frente no vamos a tener ningún problema, pero si colocamos la cara de nuestro modelo en un ligero ángulo, es importante que la nariz no cruce la línea del rostro pues hace que ésta parezca más grande de lo que es y tengamos lo que se conoce como efecto Pinocho.
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Si hacemos que el modelo gire demasiado el rostro llegará un momento en que la nariz cruce esa línea. Haciendo que el sujeto vuelva su rostro de nuevo ligeramente hasta la cámara corregiremos ese efecto negativo.

jueves, 28 de enero de 2016

Compensación de exposición

La medición de la luz y los modos de medición

Las cámaras modernas cuentan con un medidor de la luz incorporado. A través de este medidor, la cámara es capaz de determinar la cantidad de luz que necesita para exponer correctamente, y es capaz de conseguir esa cantidad de luz a través de la apertura del diafragma que utilicemos (más luz cuanto mayor es la apertura) y el tiempo durante el cual el diafragma permanece abierto (tiempo de exposición o velocidad de obturación).
Para determinar esa cantidad de luz, podemos indicar a nuestra cámara qué superficie de nuestro encuadre es la que queremos evaluar para determinar esa cantidad de luz.
Los modos de medición dependen de cada cámara, pero existen una serie de ellos más o menos estándar ya explicados en una anterior entrada a este blog.
¿En qué modos tiene sentido usar la compensación de la exposición?
Gracias al control de composición de la exposición tenemos la posibilidad de controlar la exposición por encima de los datos arrojados por la propia cámara.
Se pueden presentar ocasiones en las que, por la naturaleza de la fotografía, el resultado que obtengamos independientemente del modo de medición utilizado no sea completamente de nuestro agrado.
Y hay situaciones especiales en los que además la corrección de la exposición se convierte casi en una norma que debemos aplicar de forma continua y que te enumero a continuación.

Un caso de aplicación: Corrigiendo la subexposición o sobreexposición de tu cámara

Una de esas situaciones es la de poder corregir la exposición resultante de trabajar con nuestra cámara en determinados modos de medición.
Por ejemplo, hay determinados usuarios que se quejan de que su cámara subexpone o sobreexpone siempre que hace fotos con un determinado modo de medición.
Esto implica para ellos que, si no modifican este parámetro, todas sus fotos quedan subexpuestas o sobreexpuestas, según su modelo de cámara, para ese modo de medición.
Gracias a este control, esos usuarios mantienen una configuración por defecto con el compensador de la exposición que les permite hacer fotos con exposiciones más acordes a sus gustos.


Conozcamos un poco más nuestra cámara


Para saber si nuestra cámara subexpone o sobreexpone podemos hacer una prueba y la pongo como obligatoria, porque es básica para conocer nuestra cámara.
Ponemos el enfoque en manual. Hacemos una foto a una hoja totalmente en blanco en uno de los modos semiautomáticos con la compensación de exposición en cero. Como la hoja es en blanco, nos da igual qué modo de medición poner. Miramos el histograma y vemos cómo queda colocado. 

Como vemos en la foto de abajo, el histograma tiende a centrarse en la zona de tonos medios o incluso tiende a la izquierda, hacia los oscuros, a pesar de estar sacando un folio en blanco, con lo cual podemos decir claramente que la foto está subexpuesta. Vemos que no es blanco, es gris.
Compensación de exposición en +/-0

Ahora hacemos una nueva foto, esta vez con la compensación de exposición en +1. Vemos como el histograma ahora tiende a la derecha por lo que ya empieza a estar mejor expuesto. Aún hay margen para exponer más sin perder detalle. Recordemos cómo en una anterior entrada del blog hablábamos que siempre es mejor exponer de más que de menos, porque luego en la corrección que podemos hacer en el ordenador, si aumentamos la exposición nos aparecerá ruido ya que el software tiene que crear una información que no dispone. Al contrario, si lo que tenemos que hacer en el ordenador es bajar la exposición, parte de unos datos que sí tiene y nos será menos conflictivo y no perderemos calidad.



 Compensación de Exposición en +1


En este caso, para sacar esta escena, aún podríamos poner la compensación en +2 y aún tendríamos margen para aumentarla casi otro paso. Ahora nuestro folio es blanco y sabemos que no perdemos detalle porque no perdemos pixeles por los extremos del histograma. Fijaros que estamos 2 pasos por encima de la exposición propuesta por la cámara y aun podían ser 3. Dejémoslo ahí porque tampoco es cuestión de irnos al extremo derecho por completo, se trata de que la cámara capture la máxima información pero sin riesgos.















 Compensación de Exposición en +2

¿Qué deducimos con esto? Sobre todo debemos aprender la tendencia de cálculo de nuestra cámara y el porqué no nos debemos fiar nunca de su algoritmo para decidir la exposición adecuada a la escena. Da igual si tenemos una cámara de 100 euros o una de 10.000. Este va a ser el caballo de batalla para tener éxito en nuestras tomas y no encontrarnos con fotos perdidas por una exposición inadecuada.
Debemos decidir nosotros, y eso lo haremos observando nuestro histograma y realizando la Compensación de Exposición que precisemos en función del resultado que deseemos en cada toma.

RECUERDA: 

INTERPRETAR HISTOGRAMA 
CONTROL DE COMPENSACIÓN
 = 
¡ÉXITO!

Recomendación de libro:
LA EXPOSICIÓN PERFECTA, Editorial Blume. Autor, Michael Freeman
"Doce soluciones, una para cada problema de exposición. Se abordan las nuevas técnicas de exposición digital, como la imagen de gama dinámica amplia (HDR), además de todos los ajustes tradicionales de la cámara. Los diagramas ayudan a perfeccionar el proceso fotográfico, así como a elegir la exposición perfecta en segundos. Incluye enlaces para visionar con facilidad las imágenes en la pantalla del ordenador y poder compararlas. La exposición es el concepto engañosamente simple que rige la esencia misma de la fotografía y, como tal, siempre ha sido un tema fascinante tanto para los fotógrafos aficionados como para los profesionales. Los recientes avances en tecnología digital han revolucionado el modo en que se puede manipular la exposición, lo que a su vez ha permitido a los fotógrafos experimentar con los valores de abertura, ISO y tiempo de obturación. En este libro el autor acompaña al lector a través de este difícil y cambiante aspecto de la fotografía con un método lúcido y accesible, mediante ilustraciones prácticas, histogramas y ejemplos visuales con los que explorar las sutilezas de la exposición y tomar así fotografías con total confianza."

miércoles, 27 de enero de 2016

Modos de Medición de la escena

Seguro que alguna vez te has fijado en unos símbolos que aparecen en tu cámara parecidos a un punto dentro de un cuadrado. Es probable que estén en algún botón de la máquina, y que incluso aparezcan en el LCD cuando vas a hacer una fotografía. Son los distintos Modos de Medición de la cámara. ¿Sabes para qué sirven y cuándo utilizar cada uno? 

Lo primero a saber es que Hay dos tipos de medición de luz:
  • Luz incidente: En el que se mide la luz que incide sobre el área de interés. Se mide con un fotómetro externo. Este tipo de medición es la mejor de todas porque mide la luz sobre el área de interés, siempre que éste sea alcanzable. Se utiliza sobre todo en cine, televisión, retratos o fotografía de moda.
  • Luz reflejada: En el que se mide la luz que refleja el área de interés. Es el método que usan los fotómetros internos de las cámaras de fotos. Es muy cómodo porque está integrado dentro de la cámara de fotos y nos permite más agilidad a la hora de fotografiar, además de poder medir la luz en objetos que no se pueden alcanzar. Este tipo tiene el problema de que si se refleja demasiada luz la medición de la cámara puede no ser correcta. Por eso se han diseñado varios tipos de medición de luz reflejada diferentes.

Medición Puntual o Central

Lo que hace la cámara es medir la cantidad de luz que incide en una región muy pequeña del sensor. Coincide aproximadamente con el cuadrado que suele indicar el enfoque en el sensor, pero sólo aproximadamente.

La superficie sobre la que se mide depende de cada modelo concreto de cámara. Te tienes que quedar con que es el método que permite un mayor control por lo ajustada de la medición de la luz.
Es importante recalcar que sólo realiza la medición de la luz sobre esa zona, descartando cualquier valor de la luz en el resto del sensor.
Pero cuidado. Esto no quiere decir ni muchísimo menos que sea el mejor. De hecho, normalmente será el peor si no tenemos cuidado.
En mi caso, si dispongo de tiempo para exponer las fotos correctamente utilizo este método de medición en modo M y lo aplico sobre la zona más luminosa que tenga la escena. Aplicada la medición en los parámetros de la cámara, encuadro la escena y disparo. Miro el histograma y veo si hace falta mas o menos exposición.
Se usa en condiciones en las que existe un alto contraste entre el sujeto y el fondo.

Medición Ponderada al Centro o Evaluativa Parcial

Con este método, también conocido como promediado al centro, lo que hace la cámara es equilibrar algo más los valores de medición. Da mucho más peso a la luz que mide en el centro (con el sistema puntual), pero también tiene en cuenta los valores que recoge de la zona externa a esa superficie más interior.

Como referencia, mi cámara toma un 75% del valor final de la región central, mientras que el 25% restante lo toma de fuera.
La diferencia fundamental sobre el método de medición central es que con este modo sí que se tiene en cuenta la luz que llega a toda la superficie del sensor, aunque tiene un mayor peso en el cálculo la luz de la zona central.

Podríamos decir que se trata de una medición puntual en la que se incluye cierto margen de error (para bien).

Se usa en escenas en las que hay un contraste medio entre un sujeto principal y el fondo.

Medición Matricial o Evaluativa

Es el sistema de medición más complejo de los tres, y el que funciona bien en el 90% de las situaciones. De hecho, es más que probable que sea el ajuste que traiga tu cámara por defecto.

Lo que hace este método de medición es, a través de una matriz más o menos compleja de puntos, recoger los distintos valores de luz para cada uno de esos puntos.
Para cada toma recogida asigna un peso, y a partir de esos valores y esos pesos calculan el valor de exposición de la luz final.
Debe usarse cuando la escena presente una luz uniforme, sin contrastes.

martes, 26 de enero de 2016

Modo Manual (M)

m-semiEl modo manual de nuestra cámara nos permite tener tanto el control sobre la velocidad de obturación como el de la abertura de diafragma. Normalmente, salvo excepciones, no vamos a usar este modo para nuestra fotografía diaria, pero si es bueno poder dedicarle tiempo para dominarlo. Es bueno usarlo si disponemos de tiempo de preparar la escena, tiempo que no siempre se tiene. 
Yo lo uso por ejemplo, para sacar fotos nocturna de largas exposiciones, pero no nos servirá o no será lo más recomendable si hacemos tomos en un entorno cambiante.


Ventajas del modo Manual (M):

Nos permite ignorar el fotómetro incorporado
Disparar en uno de los modos semiautomáticos significa, invariablemente, depender del fotómetro de nuestra cámara. En la mayoría de situaciones esto puede ser más que suficiente, pero habrá momentos en los que o queremos o necesitamos utilizar un fotómetro de mano para medir la luz de la escena. En estos casos, la única manera que tendremos de exponer correctamente la imagen es utilizando el modo manual.


Fotómetro.

Nos permite hacer dos fotos idénticas
Habrá situaciones en las que necesitaremos tener exactamente la misma exposición en distintas fotografías como podría ser la fotografía de estudio, la de deportes o, incluso, las distintas tomas en las que se descompone una panorámica. En todas estas situaciones, usando el modo manual podremos medir la iluminación de la escena una sola vez y, a partir de ahí, disparar sin preocuparnos por los parámetros. Eso sí: debes estar seguro de que la iluminación no variará en lo más mínimo, en ese caso deberás volver a exponer tus fotografías.


Estudio de fotografía con luz controlada.


viernes, 22 de enero de 2016

Modos de Disparo Automático y Semi Automáticos



Modo Programable (P), ¿Qué es y cuándo lo utilizo?

El modo Programable (P en el dial de modos) permite ajustar y personalizar algunas variables que el modo Automático no permite. 
En el modo Programable, la cámara ofrece combinaciones de apertura de diafragma y velocidad, e incluso en algunos modos programables, deja cambiar una de las dos variables, por lo que acaba siendo un modo bastante personalizable que puede serte de gran ayuda si estás adentrándome en el mundo de las cámaras réflex.
Modo Programable para centrarte en la rapidez y la composición

Modo de prioridad a la apertura (A), ¿Qué es y cuándo lo utilizo?


El modo de prioridad a la apertura ( A o Av, dependiendo de la marca) es aquél en el que tú decides la apertura de diafragma que te interesa, y la cámara compensará la velocidad necesaria para que obtengas una imagen correcta. Tú decidirás básicamente qué profundidad de campo quieres. Conocer y saber jugar con la profundidad de campo a través de la apertura del diafragma te proporcionará la capacidad de crear imágenes asombrosas
Este es el método que más utilizo yo en la fotografía corporativa.
Diafragmas abiertos: Como ya te he comentado en el resumen previo, el diafragma controla la cantidad de luz que entra por el objetivo así como la profundidad de campo. Un diafragma abierto (F/1.4, F/1.8, F/2.5, F/3.5,etc..) lo podrás utilizar en las siguientes situaciones:
  • Interiores o situaciones con poca luz (amaneceres, atardeceres, nocturnas, etc.) sin que salgan movidas (siempre dentro de unos mínimos en los que tu cámara no exija igualmente velocidades demasiado bajas, para lo cual tendrás que usar el trípode)
  • Retratos: En retratos en los que quieras ‘aislar’ a tu sujeto del entorno tienes que, sin duda, disparar con el diafragma más abierto que te permita tu objetivo. Así difuminarás el fondo y resaltarás a tu sujeto principal.
  • Objetos: También con la idea anterior de aislar el objeto, por ejemplo en fotografía de producto, gastronómica, o para captar detalles que te interese fotografiar.
Diafragmas cerrados: Cuando cerramos el diafragma, jugamos con poca entrada de luz pero con mucha profundidad de campo.
  • Paisajes: Será tu gran aliado en fotografía paisajística, ya que permite tener todos los planos de tu paisaje enfocados a la vez.
  • Cuando quieras captar movimiento en situaciones en las que hay luz, por ejemplo en las fantásticas imágenes de ‘efecto seda’ del agua. La gran mayoría suceden en espacios con luz, pero para poder captar el movimiento del agua, necesitarás velocidades muy bajas. Para ello, lo que hacemos es cerrar el diafragma lo más posible (eso sí, trípode o punto de apoyo cerca) para disparar a velocidades bajas y captar todo el movimiento del agua.
  • En general cuando necesites tener todos los planos enfocados en la imagen.
Modo A o Av para centrarte en el sujeto u objeto y destacar detalles


Modo de prioridad a la velocidad (S), ¿Qué es y cuándo lo utilizo?

El modo de prioridad a la velocidad (S o Tv en el dial de modos), es aquél en el que tú vas a controlar la velocidad a la que quieres disparar, y la cámara va a compensar abriendo o cerrando el diafragma para que obtengas fotografías de exposición correcta. Es adecuado para todas aquellas imágenes en las que el movimiento o la falta de él sea esencial, por ejemplo, la fotografía deportiva.

Fotografías de alta velocidad

Se recomiendan velocidades por encima de 1/250 o 1/500, siempre dependiendo del tipo de objetivo y de la velocidad del protagonista de tu imagen, puesto que no es lo mismo la velocidad de un coche de carreras que la de un hombre corriendo, por ejemplo. Este tipo de imágenes, puedes encontrarlas en:
  • Deportes: En principio, en deportes lo que te interesa es detener la acción.  Aquí no suele ser interesante ( o sí, pero no es lo habitual) ver los sujetos movidos sino ‘congelados’ por ejemplo en carreras de coches, partidos, atletismo, etc.
  • Animales: Cuando fotografiamos aves, mamíferos o cualquier tipo de animal, nos interesa, en principio, que éste salga nítido, por lo que si está en movimiento (lo que suele ser habitual), es recomendable tener preparada una velocidad alta para ‘congelarlo’ de forma correcta en la escena.
  • Niños/as: Casi con los mismos motivos que los anteriores, una vez empiezan a caminar, perseguirlos con la cámara es una odisea, si ya has tenido esta experiencia, si cuando miras lo que piensas que serán magníficas fotografías sólo ves una especie de aparición borrosa porque ‘justo se movió’, aquí tienes una buena opción para evitar este error.


Fotografías con velocidad baja

Cuando trabajas con velocidades bajas, el objetivo cambia, ya no es congelar la imagen, sino dejar plasmado el movimiento en la fotografía. Los juegos que nos proporciona el movimiento son muchos, aquí te dejo algunos ejemplos:
  • Lightpainting o pintar con luz.
  • Fotografías de larga exposición. (eso sí, necesitarás trípode o punto de apoyo fiable). 
  • Dinamismo en la escena: Las imágenes en las que vemos movimiento, si éste tiene razón de ser, aportan mucho dinamismo y vitalidad a tus fotografías.


Modo S para centrarte en el movimiento y creatividad


Modo Automático

El modo automático puede ser muy efectivo en algunas situaciones:
  • Cuando necesitas rapidez, es decir, quieres esa imagen que sucede rápidamente ante tus ojos y no tienes tiempo para ponerte a pensar qué ajustes necesitas.
  • Cuando quieres centrarte en la composición y en lo que está ocurriendo delante de ti sin perderte un instante.
  • Cuando llevas todo el día haciendo fotos de tus vacaciones y ya no puedes más, pero sigues sin querer perderte esos instantes, con el modo automático… ¡Puedes desconectar!

jueves, 21 de enero de 2016

Composición General

Podemos decir que la situación de los objetos en la escena de una fotografía conforma lo que se llama composición. Componer una fotografía es buscar la mejor vista de una escena y conseguir la armonía entre sus elementos. A continuación mostraré unos consejos para hacer la composición, si bien no son más que una guía de cosas que se deben tener en cuenta. Estas guías pueden romperse en cualquier momento a gusto del fotógrafo, si ello le ayuda a transmitir lo que éste quiere.

Como en la política actual, las normas establecidas se cumplen o no, según nos convenga.
El arte de componer está en saber no sólo cómo colocar los objetos, sino qué elementos añadir y qué elementos dejar de lado. Esto es muy importante, ya que nos puede ayudar a situar una imagen en un contexto o en otro. Vamos a por ello, que es muy interesante.

La regla de los tercios

Ésta es yo creo la “regla” más básica de la composición en fotografía. Cuando somos pequeños y nos ponen una cámara en mano lo primero que nos dicen es “trata de sacarnos en el centro”. Sin embargo ahora que somos mayorcitos nos damos cuenta de que la realidad es bien distinta. Aunque no ocurre siempre, una foto de algo totalmente centrado no resulta armoniosa aunque hay excepciones. 
Para aplicar la regla de los tercios dividimos hipotéticamente el espacio de una foto en tercios tanto vertical como horizontalmente y haremos que las líneas y los elementos más importantes de una fotografía se ajusten a esos tercios. Así, los horizontes y los elementos más importantes de una foto los colocaremos en los tercios.
En el siguiente ejemplo podemos ver la diferencia de la misma escena tomada con el objeto principal centrado y ajustándose a un tercio. La toma que está descentrada tiene más fuerza, equilibrio y armonía que la toma que está centrada.
Esto no significa que todas las tomas deban estar descentradas, ya que algunas buscan precisamente la simetría para conseguir la armonía. En el siguiente ejemplo podemos verlo. Aunque la posición de los coches y de las personas no es simétrica, el edificio está totalmente centrado. Aún así podemos observar que la proporción de cielo es de un tercio respecto a la altura de la foto.
El centro, como explico después, es un punto fuerte. No todas las fotos tienen que seguir la regla de los tercios. Dependerá del mensaje que se quiera transmitir. En algunas tomas centrar puede ser la mejor solución.

Colocar los horizontes

Si buscamos simetría entre el cielo y el suelo podemos situar el horizonte en el centro. Si no es así, trataremos de hacer coincidir el horizonte con uno de los tercios verticales. Si le damos más importancia al suelo lo hacemos coincidir con el tercio superior. Si queremos dar importancia al cielo (por ejemplo porque hay unas nubes llamativas) ajustamos el horizonte al tercio inferior.
En esta serie de imágenes vemos cómo el horizonte está de una forma u otra en función del objetivo que se quería conseguir. En la primera foto se da importancia al cielo, y por ello se ajustó el horizonte al tercio inferior. En la segunda se quiso darle importancia al suelo, así que se ajustó en el tercio superior. En la tercera el fin era obtener una simetría perfecta entre cielo y suelo y por eso se centró.

Descentrar horizontalmente

La aplicación de la regla de los tercios nos pide descentrar los objetos horizontalmente. Esto lo podemos ver continuamente aplicado en el cine. Fíjate en las películas que las personas nunca aparecen centradas, sino en un tercio u otro.
Se nos puede plantear la duda de si es mejor ajustar un sujeto a un tercio izquierdo o derecho, superior o inferior. Al descentrar un objeto hay que tener muy en cuenta qué está haciendo el sujeto. Si por ejemplo el sujeto es una persona trataremos de acompañar su mirada y dejar espacio hacia la zona donde mira.
Fíjate en la diferencia entre una foto y otra. La foto de la izquierda está mejor equilibrada y tiene más fuerza que la de la derecha porque el sujeto tiene la cara orientada hacia la derecha. Por eso la colocamos a la izquierda.
Fíjate en la diferencia entre una foto y otra. La foto de la izquierda está mejor equilibrada y tiene más fuerza que la de la derecha porque el sujeto tiene la cara orientada hacia la derecha. Por eso la colocamos a la izquierda.
Estas recomendaciones no tienen porqué seguirse siempre. Dependerá de cómo el fotógrafo quiera colocar los objetos de una toma y encajarlos con el fondo. En otras ocasiones la situación a la hora de hacer la foto no nos dará la oportunidad de elegir la mejor composición, bien porque haya objetos que molestan o bien por ser una situación muy rápida que no dé opción a buscar la mejor opción.

Puntos fuertes

Los puntos fuertes son aquellos que se acercan a los tercios y a sus intersecciones. En las siguientes imágenes de ejemplo veremos cómo he tratado de hacer coincidir lo más llamativo para mí en cada foto con esos puntos fuertes, y cómo hacer eso le da más fuerza a las fotos más que centrarlas.
En estas dos fotos podemos ver cómo se ha aplicado la regla de los tercios para colocar a los animales. En la primera se ha colocado la serpiente arriba (para darle sensación de altura) y a la izquierda para que se viera bien el tronco, y así poder ver dónde estaba.  La foto del águila se ha compuesto tratando de hacer que el águila ocupe casi toda la foto, pero dejando la cabeza cerca del tercio superior derecho.
En estas dos fotos podemos ver cómo se ha colocado el barco en un tercio izquierdo, dejando espacio por la derecha porque el barco estaba “apuntando” a la derecha. En el caso de la gaviota se ha dejado espacio por la izquierda porque es hacia donde estaba volando.
En la foto de la izquierda se hizo coincidir la aceituna con el tercio superior derecho, dejando que se vieran las hojas del olivo en la zona izquierda. En la foto de la derecha prácticamente se hizo coincidir todo con todo. La catedral con el tercio superior izquierdo, el horizonte y el puente con el tercio superior, el pilar del puente con el tercio derecho, el suelo con el tercio inferior y la bicicleta con el tercio inferior izquierdo.

Los ojos

Los retratos de primer plano serán más llamativos si los ojos coinciden con los tercios.
En estas tres fotos de ejemplo veréis cómo se ha ajustado los ojos siempre al tercio superior de la imagen. Si se hubiese centrado los ojos verticalmente, entonces habría quedado mucho espacio vacío por encima y habría quedado descompensada la imagen, sobre todo en la segunda y tercera fotografía.

Líneas maestras

En algunas fotos podemos aprovechar líneas para darle más profundidad a la foto. Podemos buscar líneas en aceras, cables, vías de tren, etc…
En estos dos ejemplos vemos cómo se utilizó los cables del teleférico y la calle para darle profundidad. Las líneas acompañan la mirada y en ambos casos nos llevan desde el teleférico y desde los chicos hasta el fondo del paisaje y de la calle.
Al utilizar las líneas debemos ser cuidadosos de que sean líneas sencillas y no se entrecrucen entre sí. En caso de hacerlo quedará demasiado caótico y no ayudará a hacer que sea una composición limpia.

Horizonte caído

Al tomar una foto de un paisaje que tenga horizonte, o de una escena en la que haya líneas horizontales se han de tener en cuenta éstas y conseguir que sean paralelas a los bordes de la foto o de que sean rectas, de otro modo la foto saldrá “caída”, o con el horizonte caído. En ocasiones el efecto de horizonte caído puede ser provocado por algún motivo. En ese caso es mejor que el horizonte esté claramente caído para que no deje duda alguna y no se quede a medio camino entre la foto correcta y la foto incorrecta.
Esto se puede corregir con aplicaciones de retoque como Photoshop o Paint Shop Pro, aunque la toma siempre pierde algo de definición al hacerlo, así que es mejor tenerlo en cuenta en el momento de tomar la foto.

El fondo

Al hacer una foto muchas veces no nos fijamos y le damos muy poca importancia al fondo. Debemos tratar de adecuar el fondo a lo que estamos fotografiando. En algunas ocasiones no podremos y en otras simplemente con cambiar el punto desde el que hacemos la foto, agacharnos, subirnos a un objeto o similar ya podemos modificarlo.
Ojo con:
  • Fondos que no contrastan con el objeto fotografiado.
  • Fuentes de luz que deslumbren o que contrasten demasiado con el sujeto, a no ser que busquemos un contraluz. Un ejemplo sería una lámpara apuntando directamente a la cámara, una ventana en una foto interior, etc…
  • Fondos con demasiado detalle. Si el fondo tiene mucho detalle distraerá la atención del motivo principal.
Si no podemos evitar esto trataremos de desenfocar el fondo reduciendo la profundidad de campo. De esta forma le restaremos importancia.
La foto de la izquierda pierde mucha fuerza porque el fondo no contrasta con los caballos al ser del mismo color. Sin embargo, en la foto de la derecha podemos ver cómo se ha convertido un fondo totalmente anodino en un fondo correcto reduciendo la profundidad de campo, de forma que queda desenfocado. Si no se hubiera hecho así habría quedado demasiado caótico y se le habría restado interés al motivo principal de la foto, que es el bicho.
En estas dos fotos podemos ver cómo arreglar un fondo desastroso simplemente cambiando el ángulo de visión. La primera tiene un fondo demasiado contrastado, que no ayuda a ver con detalle la planta. Simplemente moviéndose uno un poco y haciendo coincidir el fondo oscuro con una zona arbolada del fondo la foto queda mucho más agradable a la vista y se consigue ver con más detalle la planta.

Complejidad

A menudo hacemos fotos intentando meter en ella todo lo que vemos, sin ningún orden y haciendo la foto demasiado compleja y caótica. Suelen funcionar mejor aquellas fotos en las que hay motivos principales y donde el resto no sobresale ni desvía la atención. Por ejemplo, en estas dos imágenes podemos ver que la de la izquierda es demasiado caótica. No tiene líneas limpias, ni hay una composición clara, ni ningún motivo en especial. Las maderas se entrecruzan entre sí. Al final el resultado es una imagen que no tiene ningún atractivo. Sin embargo la segunda tiene una composición muy sencilla y limpia. Sólo se ve la perrita situada en un tercio y un fondo que no llama la atención.
Ayuda a hacer una imagen más limpia el hecho de que los objetos no se superpongan entre si y que no se molesten.

Altura

La altura desde la que se está haciendo la fotografía es un elemento más de la composición. Una misma fotografía puede variar mucho dependiendo de la altura a la que se dispare. Estamos acostumbrados a tirar la foto desde nuestra propia altura. Es preferible jugar y probar diferentes encuadres a distintas alturas, agachándonos, tratando de subirse a lugares más altos, etc. Esto es importante sobre todo para “rellenar” el fondo, sobre todo si éste es un horizonte. Podemos poner el horizonte más alto o más bajo simplemente con agacharnos.
Estas dos imágenes muestran la diferencia de dos fotografías totalmente iguales excepto por la altura. Como veis la altura permite modificar la proporción de campo (verde), la proporción de cielo y la perspectiva de la carretera.
La forma en la que los objetos de una foto encajan, incluído el fondo, puede cambiar el mensaje que la foto transmite. Controlar la altura nos permite colocar los objetos de forma acorde y equilibrada. En las dos imágenes siguientes podemos ver otra foto exactamente igual, variando simplemente la altura. En la primera podemos observar la escalera de una forma más detallada. Sin embargo en la segunda los ojos nos llevan más al final del camino y permite ver mejor los árboles.

Rellenar espacios

Hasta ahora hemos visto cómo situar los elementos más importantes utilizando la regla de los tercios. Sin embargo, en muchas ocasiones es tanto más importante rellenar los espacios que quedan vacíos para que la foto quede equilibrada como situar los elementos importantes en los puntos fuertes. No siempre es necesario, pero puede ayudar mucho.
En esta foto de ejemplo vemos cómo el punto importante es la bicicleta. De hecho es la parte de la foto que está enfocada, y además coincide con el tercio derecho. Sin embargo la misma bicicleta simplemente en un descampado habría quedado totalmente sosa. Esta foto se ha equilibrado situando los tableros de ajedrez urbanos de forma que se rellenen los huecos. Así, el tablero del fondo y el tablero del primer plano ayudan a completar la imagen.
Hay que tener cuidado al rellenar huecos de no superponer el “relleno” y el motivo principal de forma que se molesten. Aquí depende del arte de cada uno para hacerlo. No siempre hay que rellenar. Muchas veces los espacios ayudan a darle “perspectiva” a una imagen o también a hacerla minimalista. En el siguiente ejemplo se ha dejado mucho espacio por la derecha, que es hacia donde la figura andaba y no se ha rellenado con nada, dando cierta sensación inquietante.

Proporción de los objetos

Seguro que todos hemos visto en alguna ocasión a un grupo de turistas haciendo fotos a diestro y siniestro a los monumentos (actividad del todo respetable). Y seguro que todos reconocemos la típica escena de alguien haciendo una foto a una catedral inmensa donde su familiar, que está a 100 metros de él queda reducido a un punto inapreciable. Todos hacemos fotos de viaje en las que queremos aparecer al lado de ese sitio tan guay en el que hemos estado, pero para hacer esto es mucho mejor tener a la persona cerca de ti, encuadrarla bien, que se le distinga, y ajustar el monumento al fondo, aunque se corte el monumento ligeramente o no se vea en todo su esplendor. Os puedo asegurar que con sólo enseñarlo un poquito los demás nos haremos a la idea de dónde estamos.
Os pongo dos ejemplos. En el primero a las personas se les distingue perfectamente y sirve como foto de recuerdo. En el caso de la segunda, apenas se distinguen las caras.
Es bueno saber qué se está fotografiando, y si una persona y un monumento no son compatibles en una misma fotografía, entonces haz dos fotografías distintas. Mejor acercarse al sujeto, asegurarnos de que se distingue bien en la foto y jugar con el zoom y la perspectiva para ajustar el fondo.

Contextualizar

Los elementos de la composición pueden ayudarnos a contextualizar una fotografía y situarla dentro de un entorno. En ocasiones nos interesará transmitir ese contexto en la fotografía, ayudándonos a comunicar exactamente lo que queremos transmitir. Por el contrario, otras veces nos interesará aislar un sujeto de su entorno, dejando sitio a la imaginación de quien ve una foto.
Pongo varios ejemplos de contextualización de situaciones.
Si con estas manzanas no se hubiese incluido el cartel habrían sido un montón de manzanas. Sin embargo, el hecho de que aparezca el cartel dice mucho más. De entrada nos sitúa en un mercado, ya que al haber cartel es que se venden. Luego nos sitúa más concretamente en un mercado europeo, ya que el precio está en euros. Y además podemos ver que es fuera de España, porque no pone “manzanas” por ningún lado, sino que “Gala Royal” (encima nos dice el tipo de manzana) y además pone algo como “sudtirol”, lo cual, con un poco de imaginación puede situarte en el Tirol. Definitivamente este cartel me ha dado mucha información ¿eh?
Este ejemplo era bastante fácil porque el cartel da mucha información. Vamos a tratar de ser un poco más sutiles.
En este ejemplo vemos 3 fotos, que en realidad son la misma foto, pero con distintos acercamientos. En la primera simplemente transmite que hay una chica leyendo algo. La segunda nos da más información, porque nos dice que está dentro de una ventana y que nosotros estamos fuera. Sitúa a la chica dentro de una casa. Sin embargo la tercera nos da más información aún. Se ven las sillas de un bar y una carta. Se ve la calle. La tercera nos dice que está leyendo algo, detrás de una ventana y que está en un bar. Esto puede reforzar la idea de intimismo que la chica tiene en ese momento. Así podemos añadir algunos elementos que nos ayuden a contextualizar mucho mejor una foto.
Hay más elementos que pueden ayudarnos a contextualizar, como los carteles de las calles, coches donde aparezcan sus matrículas etc. Igualmente, los símbolos icónicos nos pueden ayudar a situarnos. Creo que nadie tiene ninguna duda de dónde fue tomada esta foto.
Igual que podemos querer situarnos en un contexto, podemos querer salir de él. En este caso os enseño dónde estaba en una fiesta de nochevieja, y cómo utilicé la luz de un rincón y cerré el encuadre para centrarme en la bengala únicamente.
Añadir un marco improvisado a tu foto puede ayudarte también a situarte. En esta foto se utilizó la barandilla de la terraza para contextuar la situación. Fuera nieva, y se ve que yo estoy dentro de casa, calentito. Eso hace que la foto transmita más frío que si simplemente hubiera encuadrado la nevada fuera.

Transmitir sentimientos

La composición es una herramienta muy potente a la hora de transmitir sentimientos. La inclusión o no de ciertos elementos puede ayudarnos a narrar una historia o a cambiar el mensaje transmitido en una foto. En la primera foto del siguiente ejemplo vemos una ballena beluga. Es una foto totalmente anodina de un parque oceanográfico. Lo más que puede llegar a transmitir es la belleza del animal. Sin embargo en la segunda foto, al incluir un nuevo elemento humano, conseguimos transmitir otro tipo de sentimientos, como ternura, cercanía, curiosidad, etc…
Mas adelante nos centraremos en la composición de retratos, pero antes es importante que para saber enfrentarnos a cualquier situación que se nos pueda dar conozcamos estos conceptos compositivos y que poco a poco los vayamos teniendo en cuenta cuando vayamos a hacer una foto.